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Última actualización en Lunes, 13 Abril 2020 14:44
Publicado el Miércoles, 08 Abril 2020 19:42

Las universidades argentinas frente a la pandemia del COVID 19


El sistema universitario argentino tiene una extensa presencia territorial y se caracteriza por su heterogeneidad institucional.

Cada universidad tiene un rol específico en su territorio según su propia realidad y en el marco de la autonomía. Esto es lo que le permite a cada una de ellas tomar las decisiones que su comunidad, sus docentes, sus nodocentes y sus estudiantes evalúen pertinentes.

En este sentido, las universidades han tomado un rol proactivo en articulación con el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y los ministerios provinciales, así como, también, con los gobiernos locales, mediante el desarrollo de distintas acciones como partícipes indispensables de las políticas públicas que, hasta aquí, se han definido en los diferentes ámbitos.

En ese marco, cada universidad contribuye con la generación y transferencia de conocimiento para el desarrollo de elementos de diagnóstico, preventivos y paliativos, como test, máscaras y protectores faciales, la producción de alcoholes desinfectantes, de respiradores, de tecnologías de acompañamiento y monitoreo, la puesta en funcionamiento en hospitales universitarios de salas de atención e internación, la evaluación del impacto social de la pandemia, etc. Otras instituciones afectan sus laboratorios para el testeo PCR, la disponibilidad de vehículos oficiales, sus edificios para futuras internaciones o aislaciones o para la distribución de ayuda social, sus capacidades tecnológicas para las comunicaciones y campañas informativas, entre otros ejemplos.

También, han convocado voluntarios de distintas carreras y disciplinas para desarrollar su pericia en estos campos e, incluso, otros que surjan a partir de los requerimientos propios de esta situación de emergencia sanitaria sin precedentes en nuestro país.

En este contexto, expresamos el convencimiento de que, en momentos de crisis e incertidumbre, es fundamental reafirmar el liderazgo social de las instituciones. Este lugar de referencia en el espacio público se ejerce, también, en la capacidad de dar certezas a sus comunidades y minimizar el impacto negativo que esta crisis pueda producir.

Por ello, las universidades desarrollamos un Plan de Continuidad Pedagógica en todos los niveles al igual que las instituciones educativas de las jurisdicciones provinciales. Los estudiantes han podido continuar su formación más allá de la emergencia.

Así, adoptamos modalidades no presenciales de vinculación pedagógica para el desarrollo de este plan, como una forma de llevar a cabo nuestro rol social de educar, pero, también, de proporcionar tranquilidad a dos millones de estudiantes y sus familias sobre la preservación de la salud, junto a la continuidad de su trayecto académico.

Comprendiendo, también, que la pandemia tendrá derivaciones en el corto y mediano plazo sobre la situación sanitaria, social y económica de cada estudiante, de sus familias y de la sociedad en su conjunto. Y la universidad no es ajena a esa incertidumbre y asume el compromiso de aportar soluciones para esas realidades.

En el mismo sentido, las universidades se han ocupado de la contención humana, social y sanitaria de los alumnos extranjeros que se encuentran en el país, así como un permanente monitoreo de aquellos estudiantes, docentes e investigadores argentinos que se encuentran en el extranjero cumpliendo sus tareas en el marco de convenios de intercambio.

Los docentes, nodocentes y estudiantes del sistema universitario argentino son conscientes de que estas estrategias de enseñanza mediadas con herramientas de la información y la comunicación no prevalecen en las tradiciones académicas de nuestras instituciones. Tampoco reemplazan la potencialidad de los vínculos y métodos de la presencialidad. Pero permiten, justamente en este tiempo de excepcionalidad, lograr el objetivo de continuidad, la vinculación e integración de los estudiantes con su universidad, así como, también, garantizar la calidad de las experiencias de formación profesional en virtud de la experiencia, la capacidad y la responsabilidad con la que se llevan adelante las acciones previstas.

La calidad académica es un valor insoslayable para las universidades argentinas. Así lo han demostrado a lo largo de los últimos 24 años participando de procesos de acreditación de carreras de grado, posgrado y de evaluación institucional. Y la consideramos esencial a la hora de tomar las decisiones de continuidad pedagógica, capacitando a nuestros docentes, investigando sobre las diversas modalidades, mediante la cooperación de las instituciones con mas experiencia con aquellas más noveles en estos procesos; es decir, trabajando con gran responsabilidad en la calidad e inclusión de nuestros estudiantes.

Cada institución evaluará la capacidad, el tiempo, la oportunidad y las forma de esas respuestas según sus fortalezas internas y las condiciones que le brinde el contexto.

Las instituciones y sus integrantes han realizado un enorme esfuerzo para ampliar y democratizar las actividades virtuales y plataformas.

Han demostrado su compromiso, capacidad y solidaridad para implementar otras modalidades de vinculación pedagógica que den respuesta, así, a los derechos de los estudiantes.

El sistema universitario está generando las condiciones de igualdad de oportunidades en el acceso a los recursos tecnológicos para desarrollar estas modalidades, con becas, acuerdos de conectividad con las prestadoras de servicio, flexibilizando los regímenes de cursado, implementando acompañamientos tutoriales y asistiendo materialmente a quienes más lo necesitan, es decir, asumiendo el desafío que la realidad imperante propone desde la acción.

También, este aprendizaje virtual se constituye en una herramienta que será antecedente para el futuro, tanto en el trabajo virtual vinculado a diversos aspectos de la gestión institucional como en el acceso a la educación superior a través de plataformas virtuales, demostrando capacidad, compromiso y calidad de las universidades para garantizar la continuidad de los estudios.

Las universidades argentinas no renunciamos a nuestro deber de seguir construyendo el futuro de nuestro país con el mejor antídoto para los males del mundo: el derecho social a la educación.

Consejo Interuniversitario Nacional
8 de abril de 2020