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Última actualización en Miércoles, 11 Octubre 2017 10:02
Publicado el Miércoles, 11 Octubre 2017 09:59

[Ingeniería] Florencia Montini galardonada por el MIT Technology Review



Florencia Montini, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad y miembro del Instituto de Investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales, ha sido recientemente elegida por MIT Technology Review entre los 35 ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 por haber creado un conducto a partir de un nuevo material biomimético con las mismas propiedades elásticas que los vasos sanguíneos.

El baipás vascular es una técnica quirúrgica ampliamente utilizada para restaurar la circulación en los vasos sanguíneos afectados por obstrucciones o lesiones; como sucede en diversas enfermedades cardiovasculares, por ejemplo la aterosclerosis. Para que la sangre supere la vía afectada, se crea un puente o desviación con trozos de otras venas o arterias, o incluso materiales artificiales cuando no es posible recurrir a un material biológico. Esta última opción presenta ciertos inconvenientes, ya que el cuerpo es incapaz de regenerarlos y no presentan las mismas propiedades que el tejido natural. Por este motivo la ciencia busca nuevos materiales biocompatibles con capacidades similares a las de los propios vasos sanguíneos.

Florencia Montini ha sido elegida por MIT Technology Review en español entre los 35 ganadores de Innovadores menores de 35 años Latinoamérica 2017 por haber creado un conducto a partir de un nuevo material biomimético con las mismas propiedades elásticas que los vasos sanguíneos y que además, no produce coágulos y es reabsorbible por el cuerpo.

El nuevo material se compone de dos polímeros: el PLLA, disponible comercialmente y con características similares al colágeno; y el PHD, desarrollado en el laboratorio de Montini, similar a la elastina. Colágeno y elastina son los dos componentes naturales principales de la matriz extracelular de los vasos sanguíneos. El conducto diseñado por la joven innovadora se caracteriza por tener una estructura en varias capas y con diferentes proporciones que la de los dos polímeros sintéticos. Esta configuración se ha demostrado en el laboratorio que reproduce las propiedades mecánicas de los vasos sanguíneos, algo inédito hasta el momento.

Además, estos polímeros se degradan sin toxicidad en el cuerpo humano. Montini ha comprobado que el tiempo de degradación es compatible con el tiempo de regeneración tisular, por lo que una vez hecha la cirugía, el propio cuerpo terminaría reemplazando el conducto por tejido vascular nuevo.

"El conducto se implanta tal cual se sintetiza", explica la científica. Una vez injertado "las células del paciente migrarían al implante y comenzarían a producir tejido regenerado mientras el injerto se degrada". Según Montini, no existe ninguna alternativa sintética comercial con todas estas propiedades. Los que hay son "más rígidos y generan complicaciones como trombos y rechazos".

Para evitar el problema de la inducción de coágulos, la superficie del tubo creado por ella es tratada con heparina, y estudios in vitro han probado que esto disminuye la adhesión de las plaquetas, que son las células responsables de crear los tapones sanguíneos. El siguiente paso es comprobar todas estas características en ensayos in vivo.

Al respecto Guillermo Ulises Ruiz Esparza, que es Doctor en la División Harvard-MIT de Ciencias y Tecnologías de la Salud y el Brigham and Women's Hospital (ambas en EEUU), ganador de Innovadores menores de 35 años México 2014 y además jurado de esta edición, considera que esta tecnología es "muy innovadora y el trabajo de Montini podría tener un impacto significativo en el campo cardiovascular" ya que "el desarrollo de este tipo de tecnologías se ha centrado hasta ahora en las interacciones biológicas y no en las propiedades mecánicas del injerto, como sí lo hace la esta nueva investigación".